Cervicales rotas, espina bifída, lumbalgia perpetua, cansancio que controla, todo un sueño eterno no terminaría de sanarlo.
Comezón en las piernas, heridas abiertas, molares inflamados, anginas desechas, el cuerpo incompleto a ninguna Guerra se acerca.
Cervicales dolientes. Ciática perturbada, dolor de migraña, falta de deseo, perdida de la voluntad, y mil dictámenes más.
Todos se atreven a realizar diagnósticos, unos te dicen que tu amigo esta enfermo del mal de la querencia, otros que sufre nostalgia endémica.
Los más atrevidos dicen que padece adicción a la muerte. Solo lo observo cansado con la vista arenosa ante una página en blanco. Y no esta triste porque ya experimento todo tipo de desventuras: Esta cansado, de tanto caminar. Está agotado, y de tanto reír ya no ríe, pero es normal.
Es como el espejo de Kavafis, o el medallón de la Abuela.
Ha ido y venido sin tener miedo ni premura, su libertad fue cortada como alas de pollo, de un pichón corriente de esos que parecen ratas con alas.
Visito casi todas las Medinas del Mundo, subió el Nilo contra corriente, comió mijo, succionó glucosa de la caña de azúcar, entro a la Real Academia Española, así como a Bellas Artes.
Cervicales rotas, espina bifída, lumbalgia perpetua, cansancio que controla, todo un sueño eterno no terminaría de sanarlo.
Ahora busca la panacea, que sea quieta, no servil a la vocinglera y la traición.
La busco entre platos de rúcula con queso parmesano, la gente no sabe que cuando un mortal deja de comer, la comida ya no es necesidad sino una alucinación,
Comezón en las piernas, heridas abiertas, molares inflamados, anginas desechas, el cuerpo incompleto a ninguna Guerra se acerca.
Cómo apestamos los vivos:
Un cuerpo, dos cuerpos, tres cuerpos: La anatomía se pervierte y hunde,
Cuatro cuerpos, cinco cuerpos: Perdemos la humanidad y naufragamos.
Seis cuerpos, catorce cuerpos,
Una mirada buscando en el vacío.
Cuan triste es que por más que intentes, eres solamente: Un cuerpo que piensa, vomita y corre.
Comezón en las piernas, heridas abiertas, molares inflamados, anginas desechas, el cuerpo incompleto a ninguna Guerra se acerca.
Cervicales dolientes. Ciática perturbada, dolor de migraña, falta de deseo, perdida de la voluntad, y mil dictámenes más.
Todos se atreven a realizar diagnósticos, unos te dicen que tu amigo esta enfermo del mal de la querencia, otros que sufre nostalgia endémica.
Los más atrevidos dicen que padece adicción a la muerte. Solo lo observo cansado con la vista arenosa ante una página en blanco. Y no esta triste porque ya experimento todo tipo de desventuras: Esta cansado, de tanto caminar. Está agotado, y de tanto reír ya no ríe, pero es normal.
Es como el espejo de Kavafis, o el medallón de la Abuela.
Ha ido y venido sin tener miedo ni premura, su libertad fue cortada como alas de pollo, de un pichón corriente de esos que parecen ratas con alas.
Visito casi todas las Medinas del Mundo, subió el Nilo contra corriente, comió mijo, succionó glucosa de la caña de azúcar, entro a la Real Academia Española, así como a Bellas Artes.
Cervicales rotas, espina bifída, lumbalgia perpetua, cansancio que controla, todo un sueño eterno no terminaría de sanarlo.
Ahora busca la panacea, que sea quieta, no servil a la vocinglera y la traición.
La busco entre platos de rúcula con queso parmesano, la gente no sabe que cuando un mortal deja de comer, la comida ya no es necesidad sino una alucinación,
Comezón en las piernas, heridas abiertas, molares inflamados, anginas desechas, el cuerpo incompleto a ninguna Guerra se acerca.
Cómo apestamos los vivos:
Un cuerpo, dos cuerpos, tres cuerpos: La anatomía se pervierte y hunde,
Cuatro cuerpos, cinco cuerpos: Perdemos la humanidad y naufragamos.
Seis cuerpos, catorce cuerpos,
Una mirada buscando en el vacío.
Cuan triste es que por más que intentes, eres solamente: Un cuerpo que piensa, vomita y corre.