lunes, 18 de febrero de 2008

Yo aprendí de grande.

De verdad Gracias por esperar,
Recibí mil correos, pero mi ordenador no respondiá a los dictamenes del cerebro, emprendí la huída epistolar (Para las carniceras venidas a recepcionistas, siempre les quedará la RAE) y no dejé trozo de papel diafano, hasta el higienico, recorde los soeces mensajes de los baños publicos, pensé escribir, tu nombre que para mí es el 186 en Wellington.
Esta es una "yincana", quien llega primero tiene la oportunidad de jugar conmigo a los adjetivos calificativos, no estaba ausente por miedo, ni por pereza, estaba ausente de la vida publica, pero nunca de la interior, por eso me amo tanto como lo hacen mis amigos. Soy fiel a ellos y a la verdadera intención de ser un ser.
Quien tenga cerebro para entender que entienda, sino que siga escupiendo al cielo.

Algún día se dará cuenta que escupirle al cielo, resulta ser contra producente.

Estaré más pendiente de vosotros, y os haré llegar mi nueva dirección web.
No pretendo darle perlas a los cerdos.

Un beso

sábado, 16 de febrero de 2008

Muerto pero de pie, como los árboles... .

Siento esta ausencia,

A mis lectores acerrimos, y las última piltrafas que se unen a este espacio por morbo.
(Ojalá terminen leyendo más, odiando menos y aprendiendo a ser humanos).

Por cierto, que cada entrada que haceís produce dinero a mi bolsillo. (Esto va para los ignorantes que crean que hacen mal al entrar a un espacio tan inmenso de libertad).

Ahora no les escribiré más, estoy atendiendo a una amiga hermafrodita que esta enamorada de una rana.

Mañana más... .

Vale, amados y depredadores.

Mañana más.