jueves, 22 de febrero de 2007

Elegía a los muertos, a todos... .


Recibo la noticia de que un hombre ha muerto. Es decir, para todos aquellos que piensan que su humanidad es perpetua, un hombre ha dejado de existir. Pienso: Un muerto más y sigo viendo al otro lado del espejo, en un lugar que me pagan para ello.

Salgo del abismo que crea la inmortalidad de estar oculto, viendo rostros que se reconcilian frente a mí cara, bebo, porque soy de líquidos, agua, cerveza, alcohol, esperma. Y después me entero que el humano murió, en los rieles que están justo frente a mi casa, los mismo que día a día me acercan a la más lograda de mis mentiras.

Entonces, oprimo mis antebrazos contra el estómago, porque el espíritu del muerto, esta buscando alojamiento en mi barrio.

Tengan cuidado con la muerte, a veces llega porque aunque no la deseamos directamente, nuestro subconsciente la busca arduamente.

Que pergamino es esto del final de "mente¨ en las palabras.

AHORA ESTORNUDO.

Me llama Alejandro, y le cuento la historia del occiso, y Jodorosky me dice: Tranquilo, aún estas por explotar.

miércoles, 21 de febrero de 2007

El juglar

Un falso espejo me protege, tras el estoy yo, y para mí es una amplia ventana a este mundo, extraña la acción de vivir.
Siento en el aliento, todo tipo de olores, y disfrazadas de corderos las personalidades hacen un pase triunfal frente a mi espejo. Yo he decidido ser observador de la vida. Distanciarme de ella, vivirla con sus condiciones y perderme entre sus mentirosos laberintos.
Lo más espantoso de la vida es la vida misma en sí, el hombre: cabal animal, repleto de neuronas y microcircuitos que los ordenadores intentan emular, no es más que un organismo tan flamante, por ende es cenizas, y retro-alimentación. Llevamos siglos alimentándonos de nuestra propia mierda, y encima nos agrada.
Hoy soñé que estaba en una recepción con unos reyes, ellos me daban de beber en una copa, tan grande como siempre imaginé que de esa forma es el Santo Grial, el líquido era blanquecino, un juglar enano me sonrió y me dijo: No es sangre, sino el plasma de la sangre del Señor.


Mi profundo yo masculino lo bebió embelesado.

viernes, 9 de febrero de 2007

Tierras de Pitahaya I Parte


¡Cómo si nunca hubiéran sido putas!

Recibo un correo electrónico de la Meyinda Famania exacto, bello y cruel, como es ella, pequeñita pero potente como las grandes fragancias del picante mexicano.
Porque desde que vivo en la tierra he entendido que hay muchos tipos de “Chiles” en el mundo, aparte del mexicano.
El correo era muy explicito, me felicitaba por mi blog y me exhortaba a cambiar la foto, titulada “mi cara”, aparezco dubitativo y descuidado. Foto espontánea tomada después de uno de esos ataques misantrópicos que me dan, dejándome cuatro días en la cama, bebiendo agua a sorbos y soñando vivas fantasías. Realmente tenía razón mi aspecto en esa época era una mezcla de Robinson Crusoe y Paco Rabal.(Dos leyendas).
Llama la redactora jefa y dice: ¿Quién es esa Meyinda, para que cambies la foto del “Tu convaleciente”? No la conoce ni Cristo, ¿Cómo la justifico? (pensé, ya sé justificará sola) no provocará audiencia- Suspira aqueja y añade:- Tu y tus cosas.
Me tumbó en una de las poltronas, y pienso en la Tona ereña, y digo: mí comadre, donde ande, y como me cuentan que anda, el primer consejo que me daría, es la indiferencia. (!Vamos haciéndonos las que somos gringas!) y salir escopetadas de Costa Azul, felices de haber mamado una buena verga.
Y es que desde que la Arturé se fue, porque se fue en el sitio de una de nosotras, lo que le paso fue accidental, no nos hagamos las tontas, que en una época no muy lejana, la misma Meyinda andaba con un par de locas, una era de Sonora. (Aún anda por el tenenpa, y ya me encargaré más adelante de ella) y la otra gran ejecutiva de una marca española de lencería.
Ha llamado mi madre para decir que no entiende nada, ¿Qué si quién es la Meyinda? Y le digo, prima hermana Rosa, e intima amiga de la “Cañedo”, y mi madre super buena onda, dice:
- Entonces: Intima de la Betty Green
Aquellos que irónicamente le llamaban: Manuel el “mal hablado”. Menudo mal hablado, era la reencarnación de la serpiente emplumada, la verdad que mi comadre “La Cañedo” y yo siempre nos guardamos mucho respeto, ni la Betty y yo que trabajamos juntas en una sucursal de BBVA en la 5 de mayo y Durango en La Paz, BCS y nos conocíamos los pormenores, en el ocaso del mito, fuimos compañeras de trabajo, políticamente correctas. Con la Cañedo siempre hubo un gran respeto, era una tía muy leal y borracha.
El Arturo nunca echaba la hablada de las amigas, siempre dejaba que me desbocara yo, al final era la que tenía más talento para la mentira, siempre se refirió a ella como: “La mal hablada”.
Y es que desde que el Rafita Romero, y la Wilkes andaban de redentoras, ya empezaba el gran tema que les voy a chismorrear.
Este escrito seguirá por culpa de la Meyinda: Han hablado de mí lo que les ha dado la gana. Llevo 10 años callado, ahora me toca.
Si se me olvida, recuerdenme que me quede con el Manuel Cañedo, el tío del Trino y los partidos en el campo de futbol de San José. Las calcetas llenas de barro, en mi próxima entrega les hablaré de “Las niñas de la Curva”, habrá un capítulo para las corruptas y las Ana Kareninas infiltradas en el MP, hasta para las canadienses de Vancouver, y alguno de los Sandoval.
Y no pararé, porque yo también se que tipo de carreta arrastran las vivas y las muertas.
En honor a todos mis amigos homosexuales de Baja California Sur.
Chichi Pressicci

domingo, 4 de febrero de 2007

Un cruel micro relato.


Existían evidentes razones y antecedentes de más para predecir su suicidio, Edger era ese tipo de personas que les dolía todo, hasta el aliento de las personas y las actitudes de gente que no volvería a ver en su vida.
¿Cómo? pregunta la madre de Edger, llorando.
-Siempre prestaba atención a las personas ancianas que buscaban en los contenedores de basura, y cualquier tipo de comentarios de vagabundos e inmigrantes desempleados, seres al margen, transeúntes aparentemente normales, pero él siempre se fijaba en los marginales, su hijo Sra.Romeri era el ser más sensible que conocí y con quien me he relacionado más y mejor, en todos los aspectos de mi vida. Esta es la única autoridad que me da hablar profundamente de él, ninguna otra.
Las comisuras de Miguel se movieron cayendo hacia abajo pesadamente, de la misma manera que hace el cerebro con las de algunos niños que no quieren soltar el llanto.
La madre de Miguel le estrechó el antebrazo, haciéndole un gesto que demandaba su compresión y le dio la espalda.
Abrazo a su amiga, con tanta ternura, perdonando y aceptando, recordando y queriendo olvidar, el temblor de la Señora Romeri entre los brazos de su amiga, era la erupción del continente entero de la frustración. Se dio cuenta que había perdido el alma y tenía que continuar viviendo, sabiéndolo.
Y sólo se limitó a repetir una y otra vez.

¡No puede ser María!

¡No puede ser María!

¡Nosotras lo conseguimos!, ¡nosotras si lo conseguimos!.