martes, 13 de marzo de 2007

Mi vida sin mí


Mi amiga Isabel Coixet, sin intención alguna y porque tiene más faros que la iluminen en alta mar, en la oscuridad de la noche creativa, roba de mi inconciente los títulos de sus películas
Hoy a manera de plagio, haré apología a el titulo de su inigualable película.
“Mi vida sin mí” ( Por cierto que la productora El Deseo, que su testaferro es Agustín Almodovar, mas todos sabemos que el el mismisimo Pedro, quien mueve los hilos, tiene una relación amor odio, con mi creativa amiga, la envidia, se da hasta en los precursores, cuando su talento sólo sabe reciclarse, no aceptan la mirada nueva de los ojos, protegidos con gajas de pasta renovada)

Tiene que llegar a las alturas de la torre del mundo, porque el mundo ya no es redondo, sino una gran torre, sostenida por lo parias, en sus asientos, y por serios ladrillos, hombres y mujeres que pasaron ya el dolor de sentirse vivos.
Los otros somos figurillas amorfas como las de Antonio Gaudi, unas con cara de lechuga, Jodorski dice que la lechuga es una rosa, yo aclaro que para mi es un tomate insulso , otras abiertas por ególatras como hojas de mariguana, el caso que la vida no circula en círculos, como debía ser, todos los que conocemos las letras de la a a la z, somos los mediocres alquimistas de XXI. (Jamás pensé que llegaría a este siglo, Pachita una Chamana Mexicana me dijo que viviría sólo 33 años) Tengo los 37 o 2046, ¡Qué más da! ¿No es el tiempo una ilusión creada para el control de los momentos?
Yo te regalo un momento sin tiempo, es tan adaptable que se apega a tus necesidades, te quita el hambre y sobre todo te permite masturbarte, arrojando tus fluidos sobre los jardines de Dios.
Si Dios en un libro se atreve de hablar de mí, porque no lo haré yo en mis disgregaciones.
Dios existe, en su mundo. Yo vivo en este. ¿Entonces quién es mi Dios?
Preguntárselo a Isabel Coixet, responderá correctamente si Susan Sarandon está de buen humor.

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