miércoles, 12 de diciembre de 2007

Un hombre que le dolía todo: Incluso respirar.

Me uno a ese homenaje que te hacen los perseguidores de tu voz desgarrada y tierna, de letras y aguardiente.

Elegía a unos de los mejores actores de teatro que ha tenido la Ciudad de Valladolid.

Nacho de Paz Simón

Abrí la puerta y parecía escuchar "Mamá, bonita"

Esta vez, tuve muy claro que te habías ido, en silencio, sin molestar y con ese desgastado optimismo, cargando con tu pesado silencio y tragándote el humo del mundo entero.

La ciudad no tenia la sonrisa retratada por la Señora Sastre.
Ese gesto tuyo pleno de optimismo, sonrisa anicotinada.
Dueño absoluto del arte de la interpretación.
Al final fuiste el mago perfecto, porque fingir es la única magia que podemos hacer los humanos.

Abrí la puerta y supe que cuando menos de este mundo, habías marchado para siempre.

Y hablando de los humanos Nacho... .
Cuantas veces, nos preguntábamos el por qué de nuestra auto-destrucción .
Somos seres que nos duele la vida.
Y cuántas tantas, observamos el comportamiento asustado de la gente, que se justificaba y consolaba, midiendo su continencia con nuestra entropía.

Curioso el ocaso, luces de bohemias, . Te fuiste como eras sin molestar, pero molestándonos a todos, sin nunca saber que hacer.
Diría tu madre: Nachillo acercame el tabaco, traeme las gafas. "Pavesas, Pavesas"
La dejaste tan desolada, que por las noches se convierte en polvo de cristal y aulla.