
"EL ESPEJO DEL RECIBIDOR"
En el recibidor de aquella opulenta casa
había un enorme espejo antiguo;
adquirido cuando menos cien años atrás
Un hermosísimo joven, recadero del sastre
(los domingos, atleta amateur)
estaba de pie allí con el paquete. Lo entregó
a una persona de la casa, quien lo llevó dentro
para traer el recibo. El recadero del sastre
quedó solo, aguardando.
Se acercó entonces al espejo y se miró en él
arreglándose la corbata. Cinco minutos después
trajeron el recibo y se fue.
Mas aquel espejo que había visto,
durante muchísimos años de existencia,
miles de cosas y rostros;
el viejo espejo quedo esta vez alegre
y orgulloso de haber recibido, aunque fuese un momento,
la imagen de la belleza perfecta.
Alexandria, Egipto
1930
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