viernes, 5 de enero de 2007

Carta de una loca a una francesa de Osmet.

Carta de Sor Mariana a Edith Piaf, pidiéndola que la sacará del olvido...
11 de noviembre de 1945

Carta de una loca a una amiga francesa, del Osmet profundo.
Nunca quise nada, salvo soportarte y presentarte a la vida como una normalidad emergente en la ciudad de la NADA y del TODO (Otra vez Valladolid, ¡Cuánto me duele Valladodid!) una nueva normalidad con la cual, llevaba casi un lustro cultivando en mis adentros, solo.
Y vivimos juntos, el comienzo de mi locura, esa aferrada manera de buscar la muerte, en esa época están (la moto- el escándalo- el hostal-) los resentimientos, los guardas y acumulas, es como si en el momento menos indicado pudieras espetar la falta de responsabilidad que tienes, de haber vivido aquellos días felices.
Cou Cou Muriel, han matado a Sadam Husein, mi inestabilidad emocional es endémica, lucho contra mí tantas veces al día, que si tu tuvieras que saludar a la gente por la calle, para equipararme, te volverías un poco menos misantropa.
Mi francés, ese ambiguo francés que manejo con la boca, lo tengo estacionado, desde que volviste sin avisar, acusándome de no estropearte tu trabajo con la prestigiosa escritora leonesa, me di cuenta que había que dar más tiempo, reposo de sanación de interiores, y sin perder las esperanzas de recuperarte; ya ves, la Menchu en breve, gran pedagógama, va a la Universidad al lado de la hija de Charo: Anaïs.
Creo que es tiempo de volver a poner el puente.
¿Cómo se pone un puente?: Desde el principio.
Perdón por todos los daños, nunca fueron contra , sino contra mí, contra lo que yo quería.
Lo importante si quieres es retomar el camino donde lo dejo Menchu la ultima vez que la vi:
Mis clientes más extraños en La Calleja era: Diego Montoya y Muriel la francesa, mientras con las manos sobre la cabeza, movía los dedos, en una danza extraña, que representaban la multiplicación de los pelos de Muriel.
Mientras Menchu repetía: Muriel Tajan, se quita la coleta, y son PELOS, PELOS PELOS dejando caer sus brazos en señal de crecimiento sin contención. Después de acto Menchu ponía a un cliente a servir copas, y echaba a la calle a alguien que le desagradara. Así era La Calleja. Impredecible y legendaria. (Mi Metrople es mi Metropole allí era más que una Reina, aqui una actriz, pero esa es una larga historia).
Y la Menchu uno de los mejores humanos que han existido.
Aquí estoy amiga, no trato de persuadirte con estos olores de tu pasado reciente, es solamente nostalgia de aquellos tiempo
Ojalá quieras que recogemos del fondo las amistades.
ESPERO TU RESPUESTA O TU NO RESPUESTA.

Perdón por los errores... .


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