1996
La Matanza de las Margaritas
Torturadas, ajadas de cara y alma, yacían inertes y yermas las margaritas, esperando al amado silencio que les hiciese el amor, unas aún brillan, confundiéndose con ironía, los chicos bailan sobre ellas, mas querían sentir el rigor de los pies y los rizados cabellos.
Enredándose en su tallo, otras estaban ya como pegatinas muertas, pero contentas con el mozo reposando su cansancio sobre ellas, inútiles ante el orgasmo de la muerte.
Silenciosas y pacientes esperaron para dejar el perfume, en el sitio justo, en el justo momento,
miércoles, 31 de enero de 2007
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