martes, 16 de enero de 2007

La única artista.


Tengo una amiga, que va dejando los pellejos, por las esquinas de un mundo onírico, no es la francesa displicente: Llegará lejos. Ni la hipnótica Madonna del Valle de Aosta en Italia, tampoco son todas las musas mexicanas, argentinas y chilenas; ellas se encargan de la parte menos comprometida de mi vida.
Esta artista es mi materia prima, una voz tan desgarrada que parece que se ha tragado sin saliva cuatro o cinco vidas. Siempre tirita, la salud neuronal dice que es "parkinson", sin embargo yo que soy oscuro como ella dice. Pienso que tiene la sensibilidad más grande que el cuerpo. De peores he salido, mira que goza acusándome de algo que en su día planeamos juntos, cuando estoy más desvalido. Cuando más necesito que me abrace con su trémulo y magnánimo estremecimiento.

Al final pienso, que los Dioses la hicieron de movimiento, como dice ella: "De presentes inmediatos, de urgentes urgencias"

"Dónde vas calmada calma, ¿dónde te has metido dónde?" (Este verso es de ella, no quiero que me denuncie)


Continuará.

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