Desde el último suspiro hasta hoy, ha sido un largo descanso dominical, la navidad fue divertida, convaleciente e inútil, con los tejidos adiposos creciendo y reinando. Los mareos de marinero, el olor a cuerpo en descomposición, mi ombligo siempre conocedor de olorosas pócimas, que me elevan al nivel de deidad.
Después vinieron unos tragos de perdición, y la ausencia, entonces corrí a meterme a los laberintos satánicos, donde reinan las grúas en cápsulas y los duendes en líquidos, y padezco el mal de Fitzgerald, pensé: si soportaba a los humanos por el etilo, es cuando ellos menos me soportan, y cuando sobrio los escruto y me causan nauseas, ellos aceptan mi conducta y asienten en señal de admiración, yo los desprecio. No a todos, pero casi a la mayoría.
Después recurrí al edredón de cemento el que arropa mi miedo. El miedo en el cuerpo es letal, pero más angustia provoca el imaginarte que tendrás miedo, semejante al oxido potente que carcome al hierro. Así me transporto en este sepia que nos regala la imagen anterior, al fin de año (Porque justificaba mi ausencia) infusiones de camomila, humo maligno y empanadillas de atún con tomate.
Descubrí, según los minutos abandonaban un año y penetraban sigilosos otro (como la sonrisa de mis amantes) que la soledad es una cuestión tan relativa, que si lo llevas al plano físico, es cuando mata. Porque mentalmente estamos hechos únicamente para estar con nosotros y con nuestras mentiras, somos unos egoístas que necesitan a otro para darle sentido de realidad a la vida, todo lo demás es mezquindad y onanismo.
Y así cada campanada me atragante con una empanadilla de atún con tomate, en lugar de uvas, las aguanté en el reservatorio que tengo como las gallinas y cuando entró el 2007, fui al baño me metí los tres dedos, índice y vecinos a la boca , y aborté el maligno 6 del 2000.
Después vinieron unos tragos de perdición, y la ausencia, entonces corrí a meterme a los laberintos satánicos, donde reinan las grúas en cápsulas y los duendes en líquidos, y padezco el mal de Fitzgerald, pensé: si soportaba a los humanos por el etilo, es cuando ellos menos me soportan, y cuando sobrio los escruto y me causan nauseas, ellos aceptan mi conducta y asienten en señal de admiración, yo los desprecio. No a todos, pero casi a la mayoría.
Después recurrí al edredón de cemento el que arropa mi miedo. El miedo en el cuerpo es letal, pero más angustia provoca el imaginarte que tendrás miedo, semejante al oxido potente que carcome al hierro. Así me transporto en este sepia que nos regala la imagen anterior, al fin de año (Porque justificaba mi ausencia) infusiones de camomila, humo maligno y empanadillas de atún con tomate.
Descubrí, según los minutos abandonaban un año y penetraban sigilosos otro (como la sonrisa de mis amantes) que la soledad es una cuestión tan relativa, que si lo llevas al plano físico, es cuando mata. Porque mentalmente estamos hechos únicamente para estar con nosotros y con nuestras mentiras, somos unos egoístas que necesitan a otro para darle sentido de realidad a la vida, todo lo demás es mezquindad y onanismo.
Y así cada campanada me atragante con una empanadilla de atún con tomate, en lugar de uvas, las aguanté en el reservatorio que tengo como las gallinas y cuando entró el 2007, fui al baño me metí los tres dedos, índice y vecinos a la boca , y aborté el maligno 6 del 2000.
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4 comentarios:
Fenomenal, me fascinó la manera de cómo cierras este "descando dominical" que manera de vomitar la vida, al maligno 6 del 2000, uta que manera de deshacer la cronología del tiempo
Me ha gustado tu crónica. Y eso de "Que la soledad es una cuestión tan relativa que si la llevas al plano físico es cuando mata" es bastante sugerente. ¿Te atreves a hacer más explícita la reflexión? Y tu exorcismo fin de año, no tiene precio. Sobre símbolos, a elegir.
mañana, te lo juro que mañana refeleccionaré sobre el dolor, en el plano físico. hoy no. estoy muerto, pero de pie como los árboles
Hola Fackel:
Aún no se quien eres, por lo tanto necesita mi ego que te persones, por favor. ¿Dime quien eres? Qué lengua bebe de tus ingles.
Cuando vives en una casa de campaña que nadie, desea.
La soledad no es síquica, lo peor es lo físico, lo mental lo mezclas en el suicidio onírico, y el onanísmo, hermano de él, satisface a la mente, pero no a la piel.
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