jueves, 3 de mayo de 2007

Para el Señor Cantos... .

Viví en tres continentes distintos, conocí de todo desde anacoretas depravados, hasta divas metidas a putas de primera clase, o indias perdidas dando el culo por un peso o un taco de frijol.
Pero para los verdaderos hombres de la literatura, el Señor Cantos no tiene desperdicio alguno.
El en sí mismo es un desperdicio, como todo aquel que no sabe más que hacer apología de sí mismo.
Incluso tiene el descaro de educar a su familia paria, por antonomasia, y es que querido Kafka, la raza se mama, y cuando uno mama de verdad leche de hembra, no huele tan mal.

La india mexicana rubia y yo, hemos quemado trecientos kilos de copal, y otros tantos de incienso: Primero para que despiertes, y segundo porque es tanta la lastima que dejaron las paredes hediondas y sedientas de éxito.

Tristemente para ti, la elegancia no tiene raza, y casi siempre atiende a la locura excentrica, los que lo sabemos, simplemente dejamos que te consumas en el propio desprecio que sientes por ti mismo. Lo peor de todo esto es que el desprecio, apesta y allá donde vayas siempre te recordaremos por tu olor nauseabundo. hasta el musulmán dice, desde que se fue el Señor del cantar de los cantares la casa huele a limpio.

Oye, la podredumbre no esta reñida con la descongestión literaria, pero no aspires a ser un icono de la verdad, sólo eres el incógnito que se tomo una foto con María. (La de Chambao, otra sombra) Y es que Andalucia esta llena de sol, pero de muchas sombras amargadas, será el hablar melifluo y generosamente estupido, lo que hace que algunos habitantes prefieran la entropía.

Que felices estamos sin tu peste y por supuesto vivimos ajenos a tu hipocresia.

¿Cuánto tardaran, encantador de serpientes tus nuevos oyentes, en hartarse de tu olor a cigalas podridas?

Que consté que yo no fui el primero en lanzar la daga, tu con tu eyaculación precoz no eres nadie para hablar de mis amantes.

¿Cuantas veces te van a matar?
y
¿Cuantas veces a tu propio entierro iras?
a comparar literatura.

Devorador de excremento.

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