domingo, 10 de junio de 2007

Tierra de Pitahayas II

Hoy me llamó una de las Robinson, al cabo que son dos, y a cualquiera le puedes echar la culpa.
Si de una cosa nunca se han avergonzado mis "meninas" es a ser fieles a la verdad en su comunicación. Y es que este hipo que no se me quita, atiende a mi futuro y pronto viaje a la Tierra de Pitahayas, a ver a mis amigas folclóricas, con la carcajada limpia, siempre enamoradas de los plebes, los desfavorecidos, los que no saben si son hombres, mujeres o bestias. (Los chichi, allá tengo tu pulserita)
Que la Tona Guereña está muy delgada, pero no es por el foco, como me contó una de sus mejores amigas, ha tenido que venir el James a ponerme las cosas en claro, que si para peste bucólica la de la amiga canadiense, los años la han hecho humana y sincera. (Aunque de vez en vez se dé sus tragos de maldita).
Y es que desde que me dejaron descalza en el hotel de la Plaza Mijares, siento las piedrecillas, y los terrones, y por más que volteó lo único que crece es el tenanpa.
Cuando la Iriarte y yo en una lucha de gordas acabamos, cantando canciones de Ana Gabriel.
Eso era mucho antes que la otra poncha, se enganchara a los malos vecinos y se hiciera adicta a la coca. Porque mucho bla bla bla, pero nadie sale a la palestra a decir como van cayendo las Reinas.
Y hablando de Reinas, dicen: Que la Vero y la Cecilia Salgado (Antes más conocida, como la Cecilia Jones-Garay o la Gata de Doña Eduwiges) terminaron como el rosario de la aurora, tanto que la dejo boqui-abierta, yo no conozco las dos versiones, sólo una. Por eso me limito a transmitir la última de las locas...
Tengo unas seguidoras adorables que se que me leen y se ponen hasta el culo de hachís, y se pasan alguno minutos, si pudieran bajar al mundo gay de mi pueblo, sería la releche.

Hablaran todas, ninguna se quedará callada, desde las más polémicas hasta las mentirosas, pero todas les encantaría tener un pizca de mi vida, y de la de la muerte.

Buenos días México

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