Ortografía es la carroña con que se maquilla el antropologofonocentrismo, un aparato del que estoy seguro todos estamos hartos. Esa máquina que tenemos más a la mano que nuestras propias manos. De pronto nos desesperamos por no resolver nuestros afanes metafísicos; por morder pezones semiológicos sin saber que son los de nuestro propio pecho, sólo que cubiertos de vistosos velos. Pero como dijo mi amigo Chente: ¿Y mañana qué pondremos en el sitio vacío? Pondremos un alba o un crepúsculo.
2 comentarios:
Ortografía es la carroña con que se maquilla el antropologofonocentrismo, un aparato del que estoy seguro todos estamos hartos. Esa máquina que tenemos más a la mano que nuestras propias manos. De pronto nos desesperamos por no resolver nuestros afanes metafísicos; por morder pezones semiológicos sin saber que son los de nuestro propio pecho, sólo que cubiertos de vistosos velos. Pero como dijo mi amigo Chente: ¿Y mañana qué pondremos en el sitio vacío? Pondremos un alba o un crepúsculo.
Somos dos tristes y profanas libélulas, apesadumbradas por la contaminación de los coches, nunca nos ganan, y encima matan
Publicar un comentario